¿Cómo convertir información en datos relevantes?
La anterior cuestión es el gran reto para muchos profesionales en el siglo XXI y aunque parece que con la velocidad de cálculo y la programación de algoritmos se haya mejorado, todavía falta un trecho grande y no precisamente por nuestra falta de alfabetización digital, sino en la adquisición de metodologías tanto estadísticas como de sentido común acerca del tratamiento de esta información.
De esta manera, los profesionales de la gestión y consultoría de empresas, y en general muchos profesionales y gestores, solemos manejar un exceso de información, a veces contradictoria, que debemos convertir en datos relevantes para tomar buenas decisiones.
Y al vivir de ello, somos muchos los que buscamos metodología e ideas útiles para mejorar este proceso.
En este sentido un libro muy útil es FACTFULNESS, de Hans Rosling (1948-2017). Adjunto el enlace a su bio en wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Hans_Rosling
Más allá de sus investigaciones, aplica principios muy útiles en la gestión de la información que gestiona y que deberíamos pensar en incorporar en nuestro trabajo habitual, si no lo hacemos ya.
Uno de sus principios, es que los humanos de manera natural, tendemos a exagerar las cosas o calcular erróneamente su tamaño. Al respecto:
- Es instintivo mirar una cifra aislada y exagerar su importancia.
- O valorar erróneamente la validez de un único ejemplo.
¿Cómo controlar esta tendencia de exagerar cifras?
Propone hacerlo de tres maneras:
Comparando cifras. Se debe evitar juzgar erróneamente la importancia de las cifras aisladas. La debemos comparar con otras. ¿Por ejemplo, es mucho o poco para una empresa obtener 1 millón € de beneficio? Pues depende, …
Regla 80/20 (Pareto), siempre hay un orden de magnitud lógico en las cifras y lo normal es que primero atendamos a las de mayor importe.
Dividiendo las cifras. Hay cifras que se deben poner en relación con otras. Por ejemplo, ¿nuestras ventas por trabajador son más o menos altas que las de la competencia?
En general, y al respecto del tema de los números como “interpretes del mundo” expone algunas matizaciones:
- Los números no son la única solución y tienen límites.
- Los datos han de ayudar a entender la realidad que hay tras los números, es decir, la evolución de una empresa/organización, su historia, …
- Las hipótesis necesitan de datos para ser probadas. Pero suelen aparecer después de hablar, escuchar y observar a las personas que trabajan en las empresas/organizaciones.
Necesitamos los números para entender el mundo, pero deberíamos ser muy escépticos ante conclusiones extraídas exclusivamente del análisis de solo cifras.
El mundo no puede entenderse sin cifras, pero tampoco puede entenderse solamente con cifras.
Disponéis de más información en la siguiente entrada del blog:
¿Podemos solucionar problemas con pocos datos?
Paco Subias
Escuchar – Planificar – Hacer – Controlar – Ajustar