¿La rentabilidad financiera y cómo sé que gestiono un buen negocio?
Uno de los principios básicos en finanzas es que que el dinero invertido en la empresa debe generar un resultado adecuado y coherente con el mercado en el que trabajamos.
Técnicamente, se consigue con un indicador que divide el beneficio después de impuestos con los fondos que hemos invertido (el capital aportado a la empresa más los beneficios no repartidos, es decir, lo que en contabilidad se llama Patrimonio Neto).
Rentabilidad financiera=Beneficio Neto/Patrimonio Neto
A este indicador se le conoce con varios nombres, como ROE (Return on equity), rentabilidad sobre fondos propios y en general, Rentabilidad Financiera, que es el nombre que vamos a utilizar en esta entrada.
¿Qué valor concreto debería tener el indicador de rentabilidad financiera?
En general, a mayor rentabilidad financiera, mejor indicador. En cualquier caso, debe ser como mínimo un valor positivo y por lo menos igual a la rentabilidad esperada por los accionistas, que suele ser la rentabilidad de posibles opciones de inversión con riesgo similar al de la empresa.
A nivel de gestión, lo ideal sería que la rentabilidad financiera se situara en niveles parecidos o mejores que los indicadores de los competidores.
¿Dónde podemos encontrar valores de rentabilidad financiera que podamos aplicar a nuestras empresas?
En bases de datos de estados contables como E Informa, en algunas publicaciones sectoriales o patronales y también, aunque menos precisa pero sí más barata, la Central de Balances del Banco de España.
Se trataría de buscar, empresas del mismo sector, con un tamaño parecido y a ser posible, dentro de la misma zona geográfica. Y si el empresario es capaz de identificar dos o tres empresas de referencia, con las que se pueda realizar un ajuste más fino con su realidad, mucho mejor.
Por otra parte, los inversores puros buscan un valor que no tiene por qué coincidir con el de la rentabilidad financiera de las mejores empresas. El inversor, en general, toma como referencia el rendimiento de los bonos del Estado, considerados de poco riesgo, y a un plazo de 5 o 10 años y le aplica un multiplicador por el riesgo que corre por invertir en una empresa. Por ejemplo, si ahora el bono a 10 años está alrededor del 3,25% y el inversor es posible que desee un retorno de 3 veces su inversión por lo que la rentabilidad financiera mínima que exigiría sería del 9,75%.
¿Qué hemos de hacer para mejorar la rentabilidad financiera?
Todo lo que hagamos para incrementar beneficio, será positivo.
Y también la reducción de los fondos propios invertidos, aunque en este punto existen límites que impiden que crezca el beneficio y se reduzcan en exceso los fondos propios. Un incremento de ventas suele implicar inversiones y estas se deben financiar, con recursos propios o con deuda.
La rentabilidad financiera no es un indicador finalista en sí mismo. Si nuestra rentabilidad financiera fuera baja, no cerraríamos el negocio rápidamente. Lo que es importante es que nos marca una nota de corte que alcanzada nos indicará una mejora en la gestión.
Por tanto, la rentabilidad financiera manifiesta el resultado de acciones realizadas en la empresa. No lo debemos revisar mes a mes, sino anualmente, con una contabilidad cerrada. Y ser conscientes que los resultados la rentabilidad financiera cambiarán cada año para nosotros y nuestros competidores.
La magia de la rentabilidad financiera es que se puede descomponer en tres ratios si multiplicamos y dividimos por las ventas y el activo (equivale a inversión). Este hecho, bien comprendido, nos puede suponer una ayuda muy importante en la gestión de nuestra empresa.
Si procedemos como hemos dicho:
A la fórmula de la rentabilidad financiera, Rentabilidad financiera=Beneficio Neto/Fondos propios
Le multiplicamos y dividimos por Ventas y Activo y lo agrupamos, Rentabilidad financiera= Beneficio Neto/Ventas x Ventas/Activo x Activo/Fondos propios
Cada elemento de esta nueva ecuación tiene un significado;
- el primer elemento, Beneficio Neto/Ventas es el Margen
- el segundo elemento, Ventas/Activo es la Rotación
- y el tercero, Activo/Fondos propios es el Apalancamiento
Por tanto, si queremos aumentar la rentabilidad financiera se debería:
- Aumentar el margen, elevando precios, reduciendo los gastos de compra, vigilando los descuentos proporcionados, eliminando productos con poco margen, …
- Aumentar la rotación, se debe vender más y reducir el activo. Esto último se conseguiría, por ejemplo, incidiendo en reducir existencias y cobrando de clientes antes.
- Aumentar el apalancamiento, incrementando la deuda para que la proporción Activo/fondos propios sea más alta.
Sin embargo, este punto del apalancamiento se debe analizar conjuntamente con el ratio de margen. Endeudarse implica más costes financieros y, por tanto, una reducción del margen.
Como norma, endeudarnos lo deberíamos hacer si la rentabilidad del negocio es superior al coste de la deuda. Y además deberíamos reflexionar si nos conviene endeudarnos más y tener una estructura financiera tal vez algo arriesgada.
Como vemos, teniendo en cuenta este indicador y su desglose en margen, rotación y apalancamiento, disponemos de una herramienta de planificación financiera estupenda para mejorar los resultados de una empresa.
Cualquier cosa, resto a vuestra disposición.
Paco Subias
Escuchar – Planificar – Hacer – Controlar – Ajustar